Los Manteños
Cultura Manteña, por José Luque. Mural exhibido en el Museo de la Navegación, Manta. |
Generalidades
Empecemos aclarando que, en la cronología académica moderna, la cultura manteña existió entre el año 600 y el 1527 de nuestra era, cuando inicia la época virreinal con la invasión de los hispanos y la occidentalización de los sistemas precolombinos. Sin embargo, en la práctica esta sociedad continúo existiendo hasta inicios del siglo 17, cuando tenemos las últimas noticias de ellos en documentación.Los manteños habitaron parte del territorio de la actual provincia de Manabí, particularmente la zona costera, aproximadamente entre Bahía de Caráquez al norte Y Salango al sur. Hacia el interior hubo poca ocupación, únicamente hasta las estribaciones de la Cordillera de Chongón-Colonche, y su hábitat natural era la línea de playa y el bosque seco del centro de Manabí.
Organización
El cronista Cieza de León explica también que los señoríos se heredaban por línea masculina exclusivamente, siendo el hermano mayor quien sucedía al padre, y si este había muerto lo hacia el segundo hermano, el tercero y de allí en adelante hasta que hubiese un heredero vivo. Si no había o quedaba algún hermano, entonces heredaban los hijos de las hermanas.
Relación con sus vecinos
Con respecto a la relación con sus vecinos, el cronista Cieza de León menciona a los Caráquez como un linaje separado de los manteños debido a diferentes razones que desglosaremos más adelante. Probablemente se refiere a los Jama-Coaque, que convivieron en el mismo tiempo de los manteños, e igual que estos habrían evolucionado de la cultura Bahía.Características físicas
El cronista Agustín de Zárate menciona de manera general que los mantas son de gestos ajudiados, hablan papo, tatúan sus caras y andan trasquilados la cabeza, haciéndose una corona a manera de frailes, aunque delante y detrás no tienen ningún cabello sino a los lados. Mientras que Cieza de León los describe como de mediano cuerpo (estatura), que hay algunas mujeres de buen parecer, y que tanto hombres como mujeres entre el Cabo de Passaos y el pueblo de Salango tienen labrada (tatuada) la cara de la parte alta de la oreja a la barbilla. El mismo Cieza aclara que los Caráquez no se tatúan la cara, son de menos saber, pueden elegir su propio Señor, y por ello concluye que son de otro linaje.Idioma
Vivienda y urbanismo
Alimentación
Religión
Comercio
Ese mismo nivel comercial, de la navegación, y del monopolio de la pesca de spondylus, serían las razones por las que el Tawantinsuyo optaría por asociarlos al imperio mediante tratados y no incorporarlos a la fuerza como al resto del Chinchaysuyo; e incluso otorgándoles mayores libertades que a otros pueblos conquistados.
Navegación
La versión del cronista Fernández de Oviedo sobre el mismo evento nos da más detalles del punto en el que se habrían encontrado con la balsa manteña:
"Y díjome que él (Diego de Almagro) y su compañero Francisco Pizarro habían enviado con el piloto Bartolomé Ruiz a descubrir por la costa del Levante, donde andaba su armada, y que el capitán Francisco Pizarro quedó con la gente, y el dicho Almagro vino por el socorro que es dicho.
De acuerdo a los tiempos de navegación y comparación con otros documentos, Jorge Marcos establece que Ruiz se encontró con dicha barca el 1 de octubre de 1526 a la altura de Punta Pariñas, mar afuera de las costas de la actual Esmeraldas. Para él, los tres manteños que se llevaron consigo los españoles fueron llamados Martincillo, Felipillo y Francisquillo, y como comerciantes que eran seguramente conocían varios idiomas, pues no solo que Ruiz entendió inmediatamente la descripción que hicieron del Señorío de Salangome y los pueblos bajo su influencia directa hasta Catamez (Atacames), probablemente porque hablaban alguna lengua que los hispanos ya conocían de Panamá, sino que también les servirían de intérpretes en el encuentro con los incas en Cajamarca.
Agustín de Zárate habla de las balsas del Señorío de Puná:
"Estos señores navegaban y eran dueños de muchas balsas. Las balsas estaban hechas de unos maderos largos y muy livianos, que se hallan atados sobre otros dos troncos. Por la proa los troncos no son iguales, el madero central es más largo que los otros, los que disminuyen en tamaño como se van apartando del central, Como lo hacen los dedos en una mano extendida. Las balsas más comunes están hechas de cinco troncos amarrados entre sí. Hay balsas más grandes hechas con siete o con nueve troncos. En estas balsas el madero central es más largo como en un carro, allí se sienta un marinero con un remo. La forma de la balsa como se ha dicho es como una mano extendida, para no mojarse construyen un puente sobre los maderos. Hay balsas que pueden llevar hasta cincuenta personas y tres caballos abordo. Son movidas a vela y guiadas mediante guares (tablas de orzar) ya que estos indios de La Puná son grandes marineros. Ha ocurrido que algunas veces cuando han estado llevando cristianos abordo, los indios rápidamente desamarran los troncos dejando ahogar a los españoles y sus cabalgaduras. Los indios se salvan sosteniéndose de las sogas amarradas a los troncos, y aquellos que no logran asirse de los troncos llegan a la orilla porque son grandes nadadores".
Entonces, en base a todas estas descripciones, podemos asegurar que la balsa manteña, también usada por los wankavilkas, se componía de:
- Maderos de palo de balsa atados fuertemente, que crecen únicamente en la cuenca del río Guayas.
- Fibras como el henequén para atarlos, una especie de bejuco propio de los bosques del litoral.
- Cubierta de caña guadúa a modo de piso y para las estructuras que albergaban los pasajeros, producto también del bosque húmedo tropical.
- Techo de bijao y cade a dos aguas, grandes hojas de plantas tropicales como la palma y la tagua.
- Velas de algodón, conseguido de manera silvestre en la costa de Manabí, Guayas, El Oro y Túmbez. Era usado por la cultura Valdivia desde el 2.500 ac.
- Potalas, grandes piedras con agujero que servían como ancla.
Sobre su funcionamiento, en cambio, el célebre marino español Antonio de Ulloa, miembro de la Misión Geodésica que estuvo por tierras quitenses en la década de 1760, escribe lo siguiente sobre el interesante sistema que notó en las balsas de la provincia de Guayaquil, herederas de los navíos manteños:
"Las Balsas no solamente se usan en ríos, pequeños viajes se hacen en ellas por mar, y a veces van tan lejos como Paita (Perú). Las dimensiones son diferentes según su uso; las más pequeñas son para la pesca (ver las balsillas de Playas de Villamil), otras de carga como las que van de la Aduana a la ciudad de Guayaquil, y de allí a Puná, al Salto de Tumbes y a Paita. Otras de una construcción más elegante y curiosa, están destinadas para llevar a las familias a sus haciendas y casas de campo, teniendo en ellas, las mismas comodidades que tienen en tierra. Estas balsas no se agitan para nada con el oleaje del río. Pero la más notable singularidad de este vehículo flotante es que navega a la vela, pudiendo orzar, y trabajan tan bien con vientos contrarios como una embarcación con quilla, y deriva muy poco.
Esta ventaja es producto de un método muy distinto de gobernar que el del timón; se lo hace, a través de unas tablas, de tres yardas de largo (2,76m) y de media yarda de ancho (0,46 m), que llaman Guaras, las que se las introduce verticalmente, tanto en la proa como en la popa entre los palos principales de la balsa, y hundiendo estas muy profundamente en el agua, y elevando otras, ganan, orzan y corren con el viento de cuadra, o el de popa, haciendo todas además todas las maniobras de una embarcación regular (europea). Si este método de gobernar se hubiese conocido en Europa, se hubiesen podido salvar muchas vidas, como cuando en 1730 al hundirse en el cabo de Víbora la fragata de su majestad, la Genovesa, la tripulación confeccionó una balsa, pero se dejaron llevar por las olas, sin alguna manera de dirigir el curso de la embarcación, añadiendo solamente unos melancólicos minutos al término de su existencia…., y para ser más preciso añado aquí la descripción hecha por don Jorge Juan (1711) en una corta y concisa memoria.
La dirección, nos dice (Jorge Juan), en que se mueve un barco es con el viento perpendicular a la vela, como lo demuestra Mess. Reneau en Theorie de Manæuvres, chap. ii, art. I.Bernoulli, cap. i. art. 4. Pitot, fect. ii art. 13. y la reacción siendo contraria e igual a la acción, la fuerza con la que el agua se opone al movimiento de la embarcación, se aplicará en una dirección perpendicular a la vela, y continuada de babor a estribor, empujando con mayor fuerza un cuerpo mayor que uno menor, en proporción a la superficie y al cuadrado del ángulo de incidencia., suponiendo que sus velocidades sean iguales. Por lo tanto si la guara es introducida en la proa de la embarcación la hará orzar, y si se la eleva hará que la embarcación se abrirá hacia la cuadra. Procede entonces que si la Guara es introducida en la popa esta se abrirá del curso que llevaba, y si se eleva la Guara de popa, entonces la embarcación orzará cerca del viento. Este es el método que los indios usan para gobernar las balsas, muchas veces usan cinco o seis Guaras para impedir que la balsa derive del curso establecido, es evidente, que mientras más Guaras se encuentran dentro del agua, es mayor la resistencia que presenta la embarcación al empuje de las fuerzas laterales, las Guaras funcionan de una manera similar a las tablas de orza usadas en pequeñas embarcaciones a vela. El método de gobierno por Guaras es tan fácil y sencillo, que cuando lo balsa es puesta en el curso apropiado, solamente es necesario corregir algún cambio en viento o corriente, subiendo y bajando las Guaras requeridas, y de esta manera se mantiene a la balsa en rumbo de plan de navegación".
Conclusión
Finalmente, es necesario mencionar que la lenta desaparición de la cultura manteña durante los primeros dos siglos de la época virreinal, se debió a su migración hacia el interior, desastres naturales, disminución poblacional por las epidemias, y el colapso de su sistema político y social en demérito del hispano. Mientras que sus restos arqueológicos, que aún podían ser vistos a inicios del siglo pasado, hoy son pocos debido a que los manabitas del siglo XX los usaron como canteras para construcciones modernas, así como por el deterioro propio de la zona tropical en la que se encontraban.
Sin embargo, gracias a los esfuerzos de diversos arqueólogos e instituciones, hoy se encuentran en pleno proceso de estudio sitios urbanos como Ligüiki, Agua Blanca, y sobre todo Cerro Hojas Jaboncillo, que con sus 3.500 hectáreas constituye el complejo arqueológico más grande del país, del que solo se han estudiado 57.
Fuentes
Primarias
- Benzoni, Girolamo (1565). "La Historia del Mondo Nuovo". Impreso por Francesco Rampazetto, Venecia.
- Cieza de León, Pedro (1553). “Crónica del Perú”, parte Primera, capitulos XLVI, XLIX, XLVIII, L.
- Estete, Miguel de (1542). “El descubrimiento y conquista del Perú”, editado por Carlos Manuel Larrea (1918). Boletín de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos, Quito.
- Guamán Poma de Ayala, Felipe (1615). "Primer Nueva Crónica y Buen Gobierno".
- Pizarro, Pedro (1571). "Relación del Descubrimiento y Conquista de los Reinos del Perú".
- Ulloa, Antonio de (1792). “Noticias americanas: entretenimientos físico-históricos sobre la América meridional, y la septentrional oriental: comparación general de los territorios, climas y producciones en las tres especies vegetal, animal y mineral, con una relación particular de los indios de aquellos países, sus costumbres y usos, de las petrificaciones de cuerpos marinos, y de las antigüedades: con un discurso sobre el idioma, y conjeturas sobre el modo con que pasaron los primeros pobladores”. Imprenta Real, Madrid.
- Zárate, Agustín de (1555). "Descubrimiento y Conquista del Perú". Amberes.
Bibliográficas
- Anawalt, Patricia (1997). “Traders of the Ecuadorian Littoral”. Revista Archaeology, volumen 50, número 6 (noviembre-diciembre).
- Beltrán, José (1995). "Los Pescadores de Spondylus de Punta Mita, Nayarit". 49° Congreso Internacional de Americanistas, julio, Quito.
- Bouchard, J-F. (2008). “Japoto: une métropole régionale tardive dans la province côtière du Manabí (Équateur)”. Les nouvelles de l'archéologie 111/112.
- Castro Priego, Manuel; Olmo Enciso, Lauro (2018-2023). Proyecto "Perduraciones, continuidad y ruptura. Nuevas realidades de desigualdad en la costa ecuatoriana central (ss. XVI-XVII): indicadores arqueológicos y transformaciones medioambientales". Universidad de Alcalá, Instituto Nacional de Patrimonio Cultural de Ecuador.
- Castro Priego, Manuel; Olmo Enciso, Lauro; Labrada Ochoa, Marcos; Jijón Porras, Juan; García Campoverde, Juan (2021). "Espacios agrarios, asentamientos prehispánicos y tecnología LIDAR en el área costera central del Ecuador". Revista Virtual Archeology Review.
- Estrada Ycaza, E. (1955). “Balsa and dugout navigation in Ecuador”. Revista The Ameican Neptune XV (2), pp. 1-17. Salem.
- Estrada Ycaza, E. (1957). “Prehistoria de Manabí”. Museo Víctor Emilio Estrada, Guayaquil.
- García Caputti, M. (2018). “Expediciones transoceánicas contemporáneas, la balsa Manteña Huancavilca”. Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo – MAAC, Guayaquil.
- Hosler, Doroty (1988). "Ancient West Mexican Metallurgy: South American and Central American Origins and West Mexican Transformations". American Anthropologist.
- Jijón y Caamaño, J. (1951). “Antropología Prehispánica del Ecuador”, segunda edición. La Prensa Católica, Quito. Lumbreras, Luis Guillermo (1999). "VIII. Tribus y estados en los Andes: siglos XII – XV", en Enrique Ayala Mora "Historia de América Andina. Vol. 1", p.369. Quito: Ediciones Universidad Andina Simón Bolívar.
- Marcos, J. (2005). “Los pueblos navegantes del Ecuador prehispánico”. Editorial Abya-Yala, Quito.
- Marcos, J. e Hidrovo, T. (s/f). “Arqueología y Etnohistoria del Señorío de Concebí en Manabí Central”. Editorial Mar Abierto, Manta.
- McEwan, C. y Delgado, F. (2008). “Late Prehispanic Polities of Coastal Ecuador” en “Handbook of South American Archeology, edited by Heleine Silverman y William Isabell”, pp. 505-525. Springer, New York.
- Meggers, B., C. Evans, y E. Estrada Y. (1965). “Early formative period of coastal Ecuador: the Valdivia and Machalilla phases vol. 1”. Smithsonian Institution Press, Washington.
- Norton, P. y Marcos, J. (1981). “Interpretación sobre la arqueología de la Isla de la Plata”, pp. 136-154. Miscelánea Antropológica Ecuatoriana.
- Saville, M. H., (1907). "The Antiquities of Manabí, Ecuador: Preliminary Report". The Heye Foundation/Smithsonian Institute, New York.
- Touchard-Houlbert, A. (2010). “Surgimiento y evolución de la cultura Manteña-Guancavilca: reflexiones acerca de los cambios y continuidades en la costa del Ecuador prehispánico”. Bulletin de l'Institut français d'études andines, París.
- Zevallos Menéndez, C. (1960). “Nuestras raíces Guancavilcas”, reedición 1995. Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión - núcleo del Guayas, Guayaquil.