Nazismo en Ecuador

Nacionalsocialistas reunidos en la Casa Alemana de Quito, actual Colegio Sto Domingo de Guzmán en La Mariscal (ca 1930).
Imagen: "El Ecuador y la Alemania Nazi", de Francisco Núñez del Arco.

Capítulos poco conocidos y, por obvias razones nacionalistas también poco difundidos de la historia ecuatoriana, resultan aquellos que tuvieron lugar entre las décadas de 1930 y 1940, y que incluyen los vínculos del país y varios de sus más notables personajes políticos, militares y hasta culturales con la Alemania del nazismo. Pasando de afinidades comerciales a colaboraciones políticas y bélicas, contrataques estadounidenses y hasta campos de concentración para ciudadanos de los países del Eje, resumiremos un poco de todo este acontecer.

La mayor parte de estos vínculos salen a la luz a raíz del inicio de la Segunda Guerra Mundial, en la que el Ecuador no tiene participación activa pero sí representa un particular punto de interés. Y es que si bien la ubicación estratégica de las islas Galápagos como punto de alerta temprana en caso de un posible ataque al Canal de Panamá era el principal motor de los intereses estadounidenses en Ecuador, había también otros asuntos que les producía temor.

Por ejemplo, las autoridades norteamericanas miraban con recelo que en Ecuador existiera una importante influencia germana durante la década de 1930, que resultaba más fuerte que la suya propia. Y es que la colonia de alemanes en el país sudamericano ascendía a cerca de 4.000 individuos, contra apenas 400 estadounidenses, mismos que además habían fundado en Quito un centro de educación primaria y secundaria, un club social y un pequeño grupo simpatizante del Partido Nazi y la Falange franquista española que contaba con el apoyo de migrantes italianos y japoneses.

Así mismo se habían convertido en una élite empresarial, siendo dueños incluso de una aerolínea llamada Sociedad Ecuatoriana de Transportes Aéreos (SEDTA, más atrde SAETA), que, según informes del general David Stone, comandante del Departamento del Canal de Panamá de las Fuerzas Armadas Estadounidenses en 1939, podría ser utilizada por el Gobierno alemán para establecer una base militar en las islas Galápagos. Y es que, en efecto, SEDTA había solicitado la apertura de rutas a Galápagos y el Oriente, así como permisos para construir campos de aviación para poder operar en aquellos puntos alejados de la infraestructura estatal ecuatoriana. Sin embargo, sería la estadounidense PANAGRA la que se haría realmente con estos permisos de operación y levantamiento de bases en Salinas y Galápagos a partir de 1942.

Alemania era, así mismo, un importante socio comercial de Ecuador, a la que le vendía quinina, aceite de palma, caucho, madera de balsa y tagua, y un sin número de otros productos que para las agencias de inteligencia estadounidense podían ser esenciales para su uso por parte de los países del Eje. A todo esto, se sumaba la ventaja que representaba la existencia de Transocean, una agencia de noticias alemana que realizó una fuerte campaña propagandística en América Latina para presentar la versión de su Gobierno sobre la guerra.

Documentos desclasificados en 2008 por el Archivo Nacional de Estados Unidos y pertenecientes a la OSS, Oficina de Servicios Estratégicos precedente de la CIA, mencionan la preocupación por cierta simpatía de varios funcionarios militares del Gobierno de Carlos Arroyo del Río con los países del Eje, aunque este último en particular haya roto relaciones diplomáticas con los mismos. Así, el informe llamado “Actividades fascistas en el Ejército ecuatoriano”, presentado el 3 de junio de 1942 por J Edgar Hoover, jefe del FBI, señala nombres como el del político Jorge Luna Yépez, futuro líder de ARNE y quien creía que Hitler encarnaba la dignidad humana y de un pueblo que no se deja matar ni morir, el mayor José Frechou y los teniente coroneles Antonio Alomía Robles; Carlos Meneses, jefe de la guarnición ecuatoriana en Galápagos; y Agustín Albán Borja, jefe de la tercera zona militar, siendo este último nombrado como informante directo de Alemania.

Walter Giese, director del Partido Nazi Ecuatoriano en el que militaban 58 personas, es señalado como el principal espía alemán en el país, contratado antes de la invasión a Polonia, y que junto con Heinrich Loerchner enviaba informes sobre las flotas inglesas y estadounidenses que navegaban por el Pacífico, así como de las acciones gubernamentales ecuatorianas con respecto a su posición diplomática en la guerra. En 1942 Giese fue declarado persona non grata y partió hacia Chile y Argentina, y en abril regresó a Europa para ser detenido años más tarde.

En cuanto a acciones estatales en firme que demuestran el evidente vínculo de Ecuador con la Alemania Nazi durante la II Guerra Mundial, tenemos por ejemplo que, durante la dictadura del general Alberto Enríquez Gallo se expulsó a los judíos del país en 1937. Aunque la orden sería revocada al año siguiente por él mismo, gracias a una petición directa de la poetisa argentina Berta Singerman.

Posteriormente es de considerar, también, que en enero de 1942 el canciller Julio Tobar Donoso canceló abruptamente al cónsul ecuatoriano Manuel Antonio Muñoz Borrero, que entregaba pasaportes ecuatorianos para salvar a cientos de judíos en Europa. Tobar Donoso, si bien no era pro-nazi, sí era un funcionario que simpatizante de la extrema derecha europea y un conocido anti-semita, llegando a prohibir en 1940 la migración judía al país debido a una supuesta sobreabundancia de los mismos, razón de sobra para la que en ese mismo año haya sido vergonzosamente condecorado por el Gobierno de Hitler con la Orden del Águila Alemana.

En 1945, durante su segunda presidencia, José María Velasco Ibarra declaró tras conocerse del deceso de Hitler que se trataba de la “muerte de un bárbaro sublime. Alemania nuevamente aniquilada, pero de manera brutal, infame. La aplastaron las bombas de fósforo líquido de los ingleses, los altos explosivos yanquis, las hordas mongólicas mandadas por Rusia, los negros senegaleses enviados por Francia. Todo fue quemado, ultrajado, violado por unos y por otros”, lo que deja en claro su simpatía, si bien no por el Führer en sí mismo, sí por los ideales políticos que él representaba.

Otros nombres que se vinculan al nazismo por su admiración de los logros de esta corriente son los ex presidentes Federico Páez, Alfredo Baquerizo Moreno, Carlos Julio Arosemena Monroy, el escritor Augusto Jácome, el poeta José Antonio Falconí, el rey chipriota (nacido en Guayaquil) Luis Macías García, los diplomáticos Antonio Parra Velasco y Rafael Pino Roca, el sacerdote Alfonso Jerves, el alcalde quiteño Ricardo Chiriboga Villagómez, varios miembros de la familia Möeller-Martínez, e incluso Olmedo Alfaro, hijo del ex-presidente Eloy Alfaro.

Por otra parte, tenemos la presencia en Ecuador de varios líderes del Nazismo que encontraron refugio en el país, como Walter Rauff, jefe de la Gestapo e inventor de las cámaras de gas móviles en las que perecieron alrededor de 250.000 personas, y quien permaneció en nuestro territorio entre 1949 y 1958, cuando marchó con rumbo a Chile. También se cuenta con los registros del capitán holandés Alfons Sassen, que se dedicó a los negocios y había sido parte de la SS, principal organización gubernamental alemana ejecutora del genocidio judío.

Desde otra perspectiva, se comenzó una persecusión a nivel gubernamental de los alemanes en el país, parte de la estrategia estadounidense de encerrarlos en campos para mantener vigilados a todos aquellos que formaran parte de las Listas Negras que recorrieron todo el continente. En Ecuador, y durante el Gobierno de Arroyo del Río, estos lugares se encontraban principalmente en Cuenca, donde en un recinto amurallado con alambre de púas se encerró a familias de origen almán e italiano, incluidos niños ecuatorianos de nacimiento. Se conoce además de otro en Riobamba, a donde fueron conducidas familias japonesas que se quejaban del frío y pedían constantemente que se les devuelva a su país.

Finalmente, se conoce de pocos ecuatorianos que hayan participado de manera directa en la II Guerra Mundial, mucho menos en las filas nazis, aunque entre estos últimos podemos nombrar a Alberto Brückmann Breihl, guayaquileño nacido en 1918, hijo de una familia conformada por alemán y ecuatoriana que regresaron a Europa en 1938, se alistó en el Ejército germano y participó en el frente Oriental, falleciendo en 1944 tras un encuentro bélico en Prusia Oriental.


Fuentes

Bibliográficas

  • Becker, Marc (2017). “The FBI in Latin America: the Ecuador Files”. Durham: Duke University Press.
  • Donadio, Alberto (2021). “Historia del Nazismo en Ecuador”, en especial editorial “Atlas del Nazismo en Sudamérica”. Bogotá: revista Semana.
  • Estrada Ruiz, Jenny (2006). "II Guerra Mundial: lista negra en Ecuador". Guayaquil: Poligráfica.
  • Launderbaugh, George . (2009). “Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia”, en “Ecuador: relaciones internacionales a la luz del bicentenario”. Quito: FLACSO, sede Ecuador.
  • Núñez del Arco, Francisco (2013). “El Ecuador y la Alemania Nazi: los secretos de una relación ocultada”. Quito: Editorial JG.

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