Güitig, un negocio de mujeres en el siglo XIX


Seguro no sabías que Güitig, una de las marcas ecuatorianas más tradicionales y la líder de aguas embotelladas, es producto del emprendimiento de tres mujeres que desde el siglo XIX lucharon para convertirla en uno de los negocios más lucrativos del país. Sí, hoy te cuento la historia de ese nombre por el que todos llamamos al agua mineral, sea o no sea de su marca, porque así de bien se ha posicionado en nuestra conciencia colectiva nacional.

Las tierras a los pies del volcán Cotopaxi donde nace esta emblemática marca ecuatoriana, muy cerca de Machachi al sur de la provincia de Pichincha, fueron originalmente propiedad de Eugenia Klinger Serrano, hija de un general francés que luchó junto a Simón Bolívar en las guerras de Indepependencia de Sudamérica. Y aunque en aquella época su uso era eminentemente agrícola y ganadero, en la hacienda existía una fuente natural de agua que emanaba de una falla geológica con la particularidad de tener gas natural.

En 1875 Eugenia invitó al científico alemán Franz Theodor Wolf, geólogo oficial del Estado ecuatoriano y profesor de la Escuela Politécnica Nacional, quien notaría las propiedades medicinales del producto, lamentándose de que por aquel entonces no eran bien valoradas por los locales. Anotó además que pocas aguas son naturalmente gasificadas como esta, y hoy sabemos que, de hecho, dicha particularidad se encuentra únicamente en el 1% del agua mundial.

En 1880 Eugenia se encontraba de viaje por Europa y visitó los balnearios de la región de Tesalia, en Grecia, donde conoció de cerca una planta embotelladora de agua mineral, por lo que al regresar a Ecuador decide emprender un negocio similar con las fuentes de su hacienda en Machachi, a la que rebautiza con el nombre de Tesalia. Al año siguiente contrató a un experto alemán en aguas minerales, quien al probarla exclamó ¡güitig!, que en su lengua significa excelente o bondadoso, un sonido que les pareció gracioso a los demás y desde entonces comenzaron a llamarla así.

Esta primera etapa del proyecto de Klinger fue muy artesanal, pues se envasaba el agua bajo una estructura de madera y techo de paja en la misma fuente, usando botellas de vidrio de veinte litros que tapaban con tuzas de mazorca para evitar que se escape el gas, aunque de todas formas algunas veces estas piezas salían disparadas al aire por efecto de la presión. Luego el producto se distribuía a lomo de mula en la región cercana a Machachi, Latacunga y Quito, siendo comercializado inicialmente en boticas como purgante, dando así inicio al primer negocio de agua embotellada del país.

Posteriormente la Hacienda Tesalia y sus fuentes pasaron a manos de las primas Luz María Zaldumbide Freile y María Zaldumbide Rebolledo, casada esta última con el diplomático francés Pierre Denis, quien les aconsejó iniciar la industrialización del precario negocio. En 1906 importaron maquinaria y botellas francesas verdes, y tres años después comenzaron a comercializarlas sobre todo en hoteles con el nombre de Güitig, así como con anuncios publicitarios con el eslogan "el champagne de las aguas de mesa", logrando que cada vez más personas comenzaran a consumir el producto.

Para 1920 la inversión en el crecimiento de la empresa requirió el ingreso de Ricardo Fernández Salvador, casado pocos años antes con Luz María Zaldumbide Freile, y de quien popularmente se dice que hizo agua sus haciendas, pues las vendió casi todas para meter el dinero en el negocio de su esposa. Un año más tarde se constituyó The Tesalia Springs Company, la primera gran empresa ecuatoriana de bebidas.

A lo largo de la década de 1930 Güitig obtuvo un lugar preponderante en la mesa de la Sierra ecuatoriana, dejando atrás la idea de que era una medicina y empezando a ser considerada una bebida para acompañar las comidas. Para 1940, en cambio, inició su expansión hacia la Costa con una nueva botella transparente y el tradicional logotipo del oso polar, transportando el producto en tren y logrando al poco tiempo un posicionamiento similar al que ya tenía en la región andina.

Güitig fue la reina indiscutible de las aguas en el mercado ecuatoriano, y el único producto al que la empresa se dedicó por el siguiente medio siglo, pero en 1980 decidió diversificar su cartera e introdujo al mercado la marca "Quintuple", una versión de agua mineral saborizada de frutas que buscaba competir con las gaseosas y tuvo mucho éxito. Además, siguiendo esta línea, en 2001 presentaron Tesalia sin gas y la bebida hidratante Tesalia Sport.

Posteriormente, en 2003 lanzaron una nueva imagen como bebida de salud y belleza, avalados en la calidad reconocida por varias certificaciones internacionales, a las que se fueron sumando docenas de reconocimientos mundiales en los años siguientes, lo que les permitió iniciar su exportación a otros países con una versión de lujo. En 2005 desarrollaron el energizante V220, así como las bebidas Tesalia Ice y Tesalia Ice Tea.

Finalmente, en 2012 la corporación internacional CBC, con presencia en 18 países del continente americano, adquirió el 50% de las acciones de The Tesalia Springs Company, cambiando desde entonces el nombre de la compañía a Tesalia cbc. Actualmente, y tras triunfar ante otras 120 marcas en el Water Tasting Competition realizado en China en 2017, Güitig es oficialmente considerada una de las mejores aguas del mundo.


Fuentes

  • "Quiénes somos - Historia". Página web de Tesalia - cbc.
  • "Güitig, una historia de más de 100 años" (5 de febrero de 2013). Revista Líderes, Diario El Comercio.
  • "Visitamos a:Güitig" (27 de agosto de 2014). Revista Ekos.
  • Pérez Pimentel, Rodolfo. "Fernández Salvador Andrés", en Diccionario Biográfico del Ecuador.

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