Llegada de la electricidad a Ecuador

Primeros profesores de la Escuela Politécnica Nacional, parte de los cuales participaron en el experimento pionero de iluminación en el país, en 1875.

A finales del siglo XIX el mundo se encontraba en plena Revolución Industrial y las fuentes de energía abandonaban vertiginosamente los combustibles contaminantes como el carbón y el gas, para sustituirlos por la novedosa energía eléctrica y sus múltiples beneficios. En 1881 Londres se convirtió en la primera ciudad del mundo en tener electricidad, provista por la Central de Godalming, en el condado de Surrey; y ese mismo año Estados Unidos inauguraba también su primera planta hidroeléctrica en las cataratas del Niágara.

Ecuador, sin embargo, continuaría casi una década más sumido en la oscuridad del decimonónico antes de que aparezca el interés de la nación en materia eléctrica. De hecho los primeros intentos de dotar de este tipo de energía al país pueden considerarse completamente experimentales, pues no solo iluminaron espacios reducidos, sino que no fueron pensados para sostenerse ni a mediano o largo plazo. Estos sucedieron entre 1875 y 1895, durante la época garciana y su proyecto de industrialización y tecnificación del país, inspirado en el modelo francés.

El primero de ellos  sucedió el 3 de julio de 1875, cuando un grupo de profesores de la Escuela Politécnica Nacional iluminó el Palacio de Carondelet con luz eléctrica de arco voltaica, un hecho sin precedentes en la nación. El experimento fue patrocinado por el entonces presidente Gabriel García Moreno, y en él participaron los padres Brugier y Joseph Kolberg, que lograron iluminar el edificio con 120 pares de pilas de Bunser de notable fuerza.

Posteriormente, en 1888 se realizó un segundo experimento de iluminación en el Ingenio Valdéz, cerca de Milagro; seguido de un tercero en el Convento de los Jesuitas de Pifo, cerca a Quito por el oriente, alrededor del año 1890. A partir de ese momento comenzó la carrera por la electrificacón de las distintas ciudades del país.

Quito (1895)

En 1894 se asociaron los quiteños Manuel Jijón Larrea, Víctor Gangotena y el colombiano Julio Urrutia Olano, futuro padre de la famosa María Augusta Urrutia, quienes decidieron llevar la luz eléctrica a la capital de la República. Ese mismo año constituyeron la empresa "La Eléctrica", obteniendo los permisos y privilegios por parte del Congreso Nacional. En 1895 terminaron la construcción de una planta hidroeléctrica en el río Machángara, cerca de Chimbacalle, misma que funcionaba con sesenta lámparas de arco voltaico de 120 bujías cada una, y mil quinientos incandescentes de corriente continua de 16 bujías cada uno.

Ese mismo 1895, Manuel Jijón adquirió un pequeño motor con el que iluminó su residencia ubicada en la calle Sucre del Centro Histórico, así como el local de la Botica Norteamericana, otro de sus negocios ubicado precisamente en los bajos de su casa. Desde allí amplió la cobertura hacia la Plaza de San Francisco, donde habían instalado cuatro lámparas de arco voltaico.

En 1897 La Eléctrica importó un motor de 800 kilowatts para instalar en la central de Chimbacalle, y al año siguiente firmó un contrato con el Municipio de Quito para proveer de alumbrado público a la ciudad por un periodo renovable de cinco años y un valor de 20.000 sucres anuales, mediante el cual se comprometían a colocar 400 lámparas incandescentes de luz Edison de 16 bujías cada una para funcinar en distintas esquinas de la ciudad entre las 18:30 de la tarde y las 05:30 de la mañana. El servicio inició en el año 1900.

Guayaquil (1896)

La carrera de Guayaquil por obtener energía eléctrica inició en el año 1895, cuando los empresarios guayaquileños Martín Reimberg, Ulpiano Bejarano Aguirre, y los lojanos Manuel de Jesús y Teodoro Alvarado Cueva formaron la Guayaquil Electric Company contratando a unos técnicos extranjeros que proyectaron una planta en las inmediaciones de la ciudad. Sin embargo, por razones desconocidas el asunto no llegó a concretarse.

Al año siguiente, los mismos Alvarado Cueva y Bejarano Aguirre de la sociedad anterior crearían la Ecuador Electric Company, que finalmente instaló la primera planta. La empresa prosperó sobre todo tras el Gran Incendio que acabó con gran parte de la ciudad el 5 y 8 de octubre de 1896, ya que la tragedia obligó a las autoridades y ciudadanos a replantearse el modelo urbano por uno moderno, en el que se abandonó las construcciones con materiales flamables como la madera y la iluminación peligrosa con linternas de gas.

En 1905 la compañía y su concesión con el Municipio guayaquileño fueron vendidas a la empresa "Luz y Fuerza Eléctrica" (ELFE), que en 1906 inició además con el servicio de tranvías del Puerto principal que dos décadas más tarde se separaría en la Compañía de Tranvías de Guayaquil.

En 1925 ELFE fue vendida a la estadonidense Electric Bond & Share Company (Ebasco), parte del conglomerado estadounidense General Electric que buscaba expandirse por Latinoamérica, pasando a llamarse Empresa Eléctrica del Ecuador (EMELEC), misma que desde 2011 desapareció y sus funciones fueron absorbidas por el Estado con el nombre de Empresa Eléctrica Pública de Guayaquil.

Loja (1899)

En 1897 un grupo de veinte lojanos presididos por Ramón Eguiguren, José Miguel Burneo y Manuel Carrión se reunieron para formar la Sociedad Sur Eléctrica, una idea surgida un año antes de la propuesta hecha por el ingeniero francés Alberto Rhor D'Argot para mejorar las condiciones de los molinos de grano de la región. La empresa se constituyó oficialmente el 23 de abril de 1897 con un capital de 16.000 sucres.

Rohr viajó a Francia donde por 16.000 sucres adquirió el equipo necesario en la firma Sautter Harlé y regresó a Loja para instalar dos turbinas en una central ubicada al pie de una caída del río Malacatos, las piezas debieron ser llevadas a lomo de burro desde el puerto peruano de Paita debido a que el tren ecuatoriano no llegaba a la ciudad sureña.

La producción de energía eléctrica comenzó el 1 de abril de 1899 con una generación de 24 kw y se usó principalmente para el funcionamiento de los molinos, pues ese había sido su cometido desde el principio, pero también sirvió para algunas máquinas de aserraderos cercanos e iluminar unas cuantas casas del Centro de la ciudad que podían pagar el costoso servicio.

Riobamba (1906)

En 1906 Riobamba se convertiría en la cuarta ciudad del país con luz eléctrica, obra promovida por Alberto Rhor D'Argot, el mismo ingeniero francés que había llevado la luz a Loja siete años antes. Para ello, el 23 de noviembre de 1902 había firmado un contrato con el Municipio  para la construcción de una estación de generación hidroeléctrica.

En 1903 se creó la empresa "A.Rohr y Compañía", que ese mismo año inició la construcción y equipamiento de la central sobre el río Chambo, con un túnel de 172 metros cavado en la roca y un acueducto de 106 metros de largo ubicado a 9 metros de altura sobre el río Chibunga. Los equipos fueron importados de Francia y llegaron a Guayaquil en febrero de 1905 y llevados en tren hasta Guamote (donde por entonces llegaba la construcción) y el resto del trayecto a lomo de mula.

Finalmente, y tras varias vicisitudes políticas, el 4 de mayo de 1906 se encendieron por primera vez las luces de 60 focos de arco eléctrico en la Sultana de los Andes.

Cuenca (1914)

La tercera ciudad del país había quedado rezagada en la carrera de la electricidad, hasta que en 1912 el empresario Roberto Crespo Toral y sus hijos se dispusieron a dotar de este servicio a su ciudad. Se contactaron con Rafael María Arízaga, esposo de su prima y en aquel momento embajador del Ecuador en Washington, solicitándole se encargue de las gestiones para interesar en el proyecto a alguna firma estadounidense.

Se adquirió un generador hidráulico General Electric de 37,5 kw, poleas de acero, ejes, transformadores focos y kilómetros de cables de diversos amperios. Estos llegaron al puerto de Guayaquil y subieron hasta Huigra en tren, para desde allí ser cargados por guanderos sobre sus propias espaldas.

El encargado de armar todo en Cuenca a lo largo de los siguientes meses fue el ingeniero Carlos Cordovez Borja, enviado por la misma firma vendedora. La planta se encontraba junto al río Tomebamba en el sector conocido como Las Tres Tiendas, a las afueras de la ciudad en el actual occidente de la urbe.

Finalmente, a lo largo de la tarde del 10 de agosto de 1914 se celebró un acto solemne por el Primer Grito de Independencia nacional, en el que a las 19:00 se encendieron por primera vez las luces dispuestas alrededor del Parque Calderón, espacio que se había decorado con focos y un cartel que decía "Diez de Agosto, luz en Cuenca".

Ibarra (1915)

En 1914 se suscribió el primer contrato de provisión eléctrica entre la Comisión especial designada por el Concejo del Municipio de Ibarra y el sacerdote salesiano Jacinto Pancheri, originario de Italia y conocedor de la mecánica. Luego de meses de espera, en 1915 finalmente la central ubicada junto al puente del río Tahuando envió la electricidad que encendió un faro con energía eléctrica, servicio que de apoco se extendería por todas las calles de la ciudad.

En 1920 la compañia de Pancheri sería vendida a Honorio Gómez de la Torre y Javier Mukarsel, cambiando su nombre al de Empresa Hidroeléctrica San Miguel.

Azogues (1921)

Según demuestran documentos del Archivo Municipal de Azogues, el alumbrado público para dicha ciudad debió proyectarse al menos desde 1915, pues en 1916 se señala que el servicio se financiaría según Decreto Ejecutivo con una tasa del 5% al aguardiente, y entre 3 y 10 centavos por metro lineal para edificios cuyo valor se encuentre los 400 hasta 5000 sucres. Datos más concretos demuestran que entre 1921 y 1926 Roberto Crespo Toral generaba 45 kw con una central hidráulica, misma que luego fue adquirida junto con la conseción municipal por José María Ochoa.

Galápagos (1959)

En 1959 se instaló un generador eléctrico de gasolina para brindar servicio únicamente a la Capitanía del Puerto y la Estación Charles Darwin. En 1967 inició operaciones la Central Pelikan Bay gracias al apoyo del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos, y en 1974 el Gobierno nacional inició el proceso de electrificación de las islas.

Resto del país

De acuerdo a la Ley de Régimen Municipal, en la década de 1940 los Municipios comenzaron a hacerse cargo del suministro eléctrico en sus respectivas jurisdicciones.  Mientras que el 23 de mayo de 1961 el Gobierno expidió la Ley Básica de Electrificación mediante la cual se creó el Instituto Ecuatoriano de Electrificación (INECEL), al que se le delegó la planificación y control de la actividad a nivel nacional. 


Fuentes

  • Pérez Pimentel Rodolfo. "Diccionario Biográfico del Ecuador", Jijón Larrea Manuel.
  • Jijón Bello, Manuel (1902). "Ligera reseña higiénica de la ciudad de Quito". Revista Anales de la Universidad Central, volumen 16, número 119.
  • Ponce N., Clemente (1909). "Dos alegatos relativos al privilegio que el Congreso de 1894 concedió a los señores D. Manuel Jijón Larrea y D. Julio Urrutia para el establecimiento de alumbrado eléctrico en Quito". Biblioteca del Ministerio de Cultura y Patrimonio, fondo Jijón.
  • Barrera, José Luis (1 de noviembre de 2024). "Breve historia de la luz de América". Revista Mundo Diners.
  • Hidalgo, Ángel Emilio (2 de agosto de 2015). "¡Hágase la luz!". Diario El Telégrafo, Regional Sur.
  • Aveiga, Moisés (19 de agosto de 2017). "103 años han transcurrido desde que la luz llegó a Cuenca". Diario El Telégrafo.
  • Chávez Medina, Edwin (). "¡Y se hizo la luz! en la Riobamba del siglo anterior". El Diario de Riobamba.
  • Empresa Eléctrica de Azogues. Historia.
  • Empresa Eléctrica de Galápagos. Historia.

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